miércoles, 26 de junio de 2013

Vivo por ella

                                      
                                                     Por Mr. Blue
Lo que voy a escribir es un tanto desagradable, pero está a la par de mi vida. El martes a la mañana, si la memoria no me es cruel, me desperté con la sensación de que me había masturbado. Tenía el cuerpo suelto, sentía una mezcla extraña entre placer y confusión, y mis manos parecían estar agotadas. Sin embargo, no había rastros por debajo de mi cintura de haberme masturbado, pero eso no evitó que sintiera escalofríos. ¿Acaso había tenido una paja sonámbula? Cuando el hombre tiene sueños eróticos no se despierta conmocionado. A lo sumo, nuestro amigo nos saluda de pie, pero no le pidas más moscas. Necesita que vos continúes el trabajo, y mayormente no siento ganas de satisfacerlo al despertar. Pero vuelvo un poco atrás: Sentí escalofríos. ¿Y si me había masturbado como un mono a las seis de la mañana, hora en la que mi madre se retira a trabajar pudiendo haber observado semejante desagradable espectáculo? ¿Y si había gritado palabras en lenguajes desconocidos y desperté a varios? ¿Y si es algo que hago seguido sólo que aquella vez fue más evidente? ¿Y si me raptaron alienígenas con mal gusto, me utilizaron y me volvieron a depositar en la cama alrededor de las diez de la mañana?
Intenté pensar, de todas formas, en qué había hecho antes de irme a dormir. Chatear, terminar unos trabajos, ver unas entrevistas por you tube, usual stuff. No creí que estas cosas pudieran haber ocasionado lo mencionado. Cuando me desperté tuve ganas de salir corriendo y gritarlo. Me sentí violado. Me obligué a no pensar más porque, caso contrario, hubiese terminado yendo a la comisaría a hacer la denuncia. El día siguió, y como todos, terminó. El miércoles me desperté normalmente. Y extrañé la mañana del martes. Pasar de seda a roca es un cambio notorio. Por la tarde, recordé que el martes, en la parada del 126 que me lleva a la facultad, había vuelto a escuchar "Vivo por Ella", aquel tema de Andrea Bocelli (que durante mis primeros años de adolescencia pensé que era la mujer que cantaba) que, más que dedicado a la música, siempre pensé que se lo había dedicado a la pija. Frases como "Desde un palco o contra un muro" "Vivo por ella en un hotel" "Me invita a tocarla suavecita", "Ella a mi lado siempre está", "Cómo brilla fuerte y alta", "Ella canta en mi garganta" y "Ella apaga mi soledad" me invitan a pensar en doble sentido, y también a considerar que esta canción pudo haber incitado a esa sensación.
Analizando, no creo que todos hayan pasado por lo mismo que yo, pero si alguien lee esto y experimentó algo similar, me gustaría que, por más freaky que sea, me lo haga saber para no sentirme solo. No chocaremos nuestras manos porque no corresponde, pero habremos comprendido por nuestros caminos lo poderosa que es la sensación de haber acabado sin haberlo hecho.




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